Antes de traer al nuevo cachorro a casa, hemos de ser conscientes de que esto implica una gran responsabilidad, ya que debemos responsabilizarnos de él procurándole los cuidados necesarios y dedicándole nuestra atención. Lo ideal es que el cachorro tenga unos 50 días para introducirlo en el hogar. A la hora de ponerle nombre, lo mejor es decidirnos por uno corto que se aprenda fácilmente. Llámalo por su nombre hasta que se acostumbre.
Los cachorros son más juguetones y curiosos que los perros mayores, así que irán explorando todos los rincones de la casa. Por eso es importante alejar de su alcance objetos que pueda romper o que sean peligrosos, por ejemplo productos para la limpieza del hogar o cables eléctricos.
Cuando veamos que el pequeño tiene ganas de hacer sus necesidades, hay que llevarlo al rincón destinado a ello, cubierto previamente con papel de periódico. Hay que hacerlo justo en ese momento, para que se acostumbre desde el principio a ir ahí. Es importante felicitarlo cuando lo haga en ese sitio y, cuando no, hay que cogerlo y llevarlo hasta el lugar indicado. Hay que reñirle con un NO cuando haga algo que no queremos.
Tendrás que buscarle también un sitio para dormir, ya sea una mantita o una cestita. Ten en cuenta que al ser un cachorro lo morderá todo, así que hay elementos como cojines o almohadas que no es recomendable utilizar.
Por último, si tienes más mascotas en casa, es importante que los presentes para que se huelan y se conozcan. Deberás tenerlos vigilados para asegurarte de que no se peleen durante los primeros meses y, sobretodo, no dejes de prestar atención a los demás perros; acabarán cogiendo celos y esto se puede convertir en un desagradable problema.
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